Cuando hablamos del compromiso de una bodega con el entorno, lo primero que pensamos es en la huella de carbono, en agricultura ecológica, de reducción de residuos, de economía circular; sin embargo, cada día cobra más importancia un concepto más amplio, la Responsabilidad Social Corporativa. Una idea que incluye, no solo el impacto de una actividad en el medio ambiente, sino también la repercusión en su entorno social.
Muchas de las bodegas que dieron lugar a la fundación de Grandes Pagos de España tienen en común que se encuentran municipios de la España vaciada y que tienen una evolución demográfica negativa. Este es el caso de Malpica de Tajo, Retuerta del Bullaque, Huete y El Bonillo en Albacete, este último municipio es en el que está ubicada la bodega Pago Finca Élez que cuenta en la actualidad con una población de 2700 habitantes, casi la mitad de población que en el año 1.900.
Otro rasgo común a muchas de las bodegas de Grandes Pagos de España es que nacieron en lugares remotos en los que no había una tradición vitícola. Hace ahora más de 30 años se plantaron los viñedos de Finca Élez en una zona en la que anteriormente solo había monte y cultivos herbáceos y lo mismo ocurrió con otros municipios con el nacimiento de los pagos.
Tras las viñas, llegó la bodega con un claro enfoque por la calidad de los vinos, como muestra el hecho de que Finca Élez fuera uno de los socios fundadores de Grandes Pagos de España, grupo de bodegas cuyo compromiso se extiende a elaborar vinos que reflejen la singularidad del entorno, los rasgos del suelo o las peculiaridades del clima. En el caso de Finca Élez, es la altitud, en torno a 1.000 metros de altura, el clima continental extremo, típico de la Sierra de Alcaraz, los suelos pobres, formados por roca caliza y que dan rendimientos muy bajos.
Desde su nacimiento, proyectos como Finca Élez y otros pagos han venido realizando una importante aportación a un entorno con una economía deprimida al crear riqueza y alternativas para la población local con pocas oportunidades de trabajo en la zona. Los pagos también han contribuido para que los pueblos en los que están ubicadas las bodegas empiezan a aparecer en el mapa de los aficionados al vino como hitos o puntos de interés hasta entonces desconocidos.
En definitiva, proyectos como Finca Élez y otras bodegas de Grandes Pagos de España además de su actividad como elaboradores de vinos de calidad, han venido realizando una importante contribución en su entorno, por su labor dentro del marco de lo que actualmente se ha dado en llamar Responsabilidad Social Corporativa.
