Los tapones de corcho se han utilizado durante muchos siglos para cerrar el vino en diversos recipientes. Por ello, los corchos se han convertido en una parte tradicional del envasado del vino en muchos países y todavía la gran mayoría de las botellas de vino (70%) se cierran con tapones de corcho.
Los tapones de corcho presentan muchas ventajas, entre ellas aspectos enológicos, sostenibles y ecológicos positivos. Sin embargo, pueden asociarse algunos aspectos negativos a estos tapones, como la presencia de contaminantes haloanisólicos, en particular el 2, 4, 6-tricloroanisol (TCA), que confiere al vino olores a moho o cartón mojado.
A lo largo de los años, las industrias del corcho y del vino han desarrollado una serie de herramientas y tecnologías para prevenir o eliminar eficazmente el sabor a corcho.
Amorim Cork ha liderado la «lucha», siendo la primera empresa en desarrollar, en 2003, un proceso industrial de limpieza con vapor sobrecalentado, denominado ROSA® (Cabral, 2005), para eliminar el TCA de los gránulos de corcho, que fue validado independientemente por el AWRI y el Campden BRI (Hall et al., 2004; Sefton & Simpson, 2005).
La primera versión del sistema ROSA fue capaz de eliminar del 75 al 80% del TCA liberado de los gránulos de corcho. Con el paso de los años, Amorim Cork fue capaz de mejorar y optimizar el ROSA (ROSA Hightech) para conseguir una eliminación del 100% del TCA cuando los niveles de TCA liberable en los gránulos eran inferiores a 6 ng/L. Esta tecnología se aplica hoy en día al tratamiento de diferentes gránulos de corcho, garantizando el rendimiento sensorial del corcho técnico como Neutrocork.
En 2005, el proceso ROSA fue mejorado y aplicado al tratamiento de tapones de corcho natural (ROSA Evolution®), eliminando entre un 80 y un 85% los niveles de TCA. Los ensayos de embotellado han demostrado plenamente la eficacia de los procesos ROSA® y ROSA Evolution® para eliminar el TCA del corcho y evitar así su transferencia al vino con el paso de los años. La extracción de haloanisoles con vapor, desarrollada por Amorim Cork, se ha convertido en uno de los procesos más típicos, habiendo sido propuestas numerosas variantes por los diferentes fabricantes de corcho.
Más recientemente, Amorim Cork lanzó Naturity®, una nueva tecnología para eliminar el TCA y otros compuestos con propiedades similares, del corcho natural, mediante desorción térmica (figura 1). El nivel de extracción de TCA puede llegar al 99%.
El proceso se basa en la desorción estimulada por temperatura que suministra energía térmica para romper el enlace entre los contaminantes volátiles y el corcho, en un proceso que puede describirse como vaporización térmica asistida por vacío (Teodoro, 2018).
Para garantizar que los haloanisoles y halofenoles se encuentran en estado gaseoso, la etapa de desorción debe tener lugar a una temperatura superior a la temperatura de ebullición de los compuestos contaminantes, que dependen de la presión aplicada al corcho. Los puntos de fusión y ebullición de los compuestos contaminantes disminuyen rápidamente cuando la presión disminuye, es decir, los compuestos estarán en estado gaseoso a temperaturas relativamente bajas. Así, la eliminación térmica del TCA y de otros cientos de compuestos volátiles puede realizarse a temperaturas muy moderadas, si se utilizan presiones muy bajas. Además, también se obtienen niveles similares de rendimiento en los discos de corcho utilizados para tapons de corcho para vinos tranquilos y espumosos que se tratan con la tecnología CorkNova®. Esta tecnología se basa en la limpieza de varias moléculas responsables de los «malos aromas», como el TCA, utilizando principios de desorción térmica y un sistema de drenaje vibrofluidizado.
Actualmente, el 100% de los tapones y discos de corcho natural fabricados por Amorim Cork se someten a los tratamientos Naturity® y CorkNova®.