La Poda en Vaso: Claves para poder volver a tener viñedos longevos

2020-07-08T08:35:02+02:00 16 junio, 2020|

Por ROC GRAMONA SIMÓ, Gramona & Director Academia de Poda

Extractos de «La Poda en Vaso: Claves para poder volver a tener viñedos longevos»

 

Introducción

Los profesores de la Academia de Poda están especializados en la poda de respeto aplicada a distintos tipos de poda, según las necesidades de cada zona, prestando especial atención en la poda en vaso. El vaso es el sistema de conducción más antiguo y el más extendido por la península ibérica hasta la industrialización de la agricultura a partir de los años 60. Este método de poda nos permite aplicar los 4 pilares de la poda de respeto ya que es un sistema de conducción libre, es decir, con capacidad de crecer de manera tridimensional y sin limitaciones de espacio. Es por eso que, en la Academia de poda, priorizamos este tipo de poda debido a su sostenibilidad y su adaptación al clima, al suelo y a las variedades.

La poda tiene un alto impacto en la vida de los viñedos y en su productividad. El viñedo es un ser vivo que hay que cuidar y mimar para que dé frutos de buena calidad para elaborar vinos de buena calidad.

 

La situación actual

Actualmente, existen dos grandes problemáticas: la muerte prematura de los viñedos emparrados y las enfermedades de la madera. Éstas dos están directamente relacionadas con los sistemas de poda ya que algunos sistemas de poda pueden debilitar la planta.

La afectación en viñedo de enfermedades de madera que englobamos y simplificamos con el nombre de yesca es preocupante. El viñedo improductivo era del 13% en 2015 en España, y del 14% el 2014 en Francia según los datos del INRA francés. Si vemos la evolución de crecimiento de estas enfermedades en España, el 2003 la improducción era del 1,8% mientras que en 2007 era ya del 10,7%. Este crecimiento exponencial no se debe a una propagación del hongo, sino a la prohibición del Arsenito Sódico en 2003, el único tratamiento eficaz contra la yesca.

De manera preventiva y para alargar la calidad y la cantidad de vida del viñedo, hay que poner especial atención a la poda ya que es una de las invasiones que más repercusiones tienen en los viñedos.

La industrialización de la viticultura en los años 60 obliga al viticultor español a arrancar viñedo viejo en vaso y plantar o transformarlo en espaldera, especialmente en cordón Royat. Se introduce este sistema ya que es más fácil de mecanizar y con resultados más estéticos. Lo que no se sabía entonces era hasta qué punto la longevidad de los viñedos se vería afectada.

Ese cambio de mentalidad de poda en vaso a espaldera nos lleva a ‘rebajar’. Ese es el principal problema que tenemos en todas las zonas vitícolas en España, el rebaje en el cordón nos obliga a suprimir madera de 3 o más años de edad. Ese corte que hacemos cuando suprimimos un pulgar ya definido le supone a la planta un trauma muy importante, ya que la Vitis vinífera no es capaz de cicatrizar heridas y la necrosis que se crea cuando el corte supera los 3 años de edad no es proporcional a la superficie de corte que se realiza. Además, crea una puerta de entrada a las esporas de los diferentes hongos que pueden afectar al viñedo.

El problema del ‘rebaje’ no es únicamente problemática en el cordón royat o guyot, sino que, a lo largo de los años, la práctica de la poda ha perdido atención y, de generación en generación, se han perdido conceptos muy importantes sobre la poda en vaso. Al priorizar la estética, se causa un mayor porcentaje de faltas debido a la creación de brazos nuevos cuando las cepas ya están bien formadas y con una buena disposición espacial.

 

El vaso, el mejor sistema de conducción

El vaso es un sistema idóneo en muchos aspectos, cosa que ya se sabía antes de industrializar la viña. Como se observa en muchos viñedos viejos en vaso en la actualidad, es un sistema que nos permite orientar los cortes en una misma dirección y respetar el flujo de savia. Esta técnica de respeto a los ‘verdes’, como se diría en el marco de Jerez, o el ‘Ull mira tall,’, de Mallorca, ya se hacía sin tener un fundamento científico probado. Además, diferentes centros, como el ISVV en Bordeaux, o los consultores italianos Simonit & Sirch, han corroborado su eficacia y han demostrado que es un factor importante en la longevidad de los viñedos.

Otra característica que añade ventajas a este sistema de poda es que es un sistema cronológico. Es decir, se puede saber a simple vista la edad de la planta. Así pues, es un sistema de conducción que, contando las diferentes edades de la madera de los brazos y observando el número de cortes, se podría saber cuántos años tiene la planta aproximadamente. Eso es debido a que cada año se ramifica cada brazo del vaso y así hay un crecimiento anual. De este modo, no se hacen cortes de más de dos años de edad, y eso supone una puerta de entrada de patógenos menor para la planta y también una reducción de cortes de grandes dimensiones y una menor necrosis interna.

En definitiva, la poda en vaso es un sistema de formación libre que tiene todas las propiedades para reducir los cortes de madera y fomentar una mayor uniformidad vascular, pero hay que saber aplicar los conceptos de la poda de respeto para ejecutarlo de manera idónea. Hay otros sistemas que cumplen parte de esas dos características en el mundo, como son el cordón trenzado, el guyot Poussard o la Chablis Champenoise.

La poda en vaso varía según la zona de cultivo en toda la península, ya que el clima, suelo y tradición influyen directamente en el tipo de poda. Vamos a comentar una serie de recomendaciones genéricas para saber podar el vaso sabiendo las diferencias que pueda haber en todas las diferentes regiones.

 

La poda en vaso: conceptos básicos

Podríamos definir tres tipos de poda según el momento de poda a lo largo del ciclo de vida de un viñedo: la poda de formación, la poda de mantenimiento y la poda de reconstrucción.

La gran mayoría de poda de mantenimiento en vaso se realiza con una poda corta. La poda corta consiste en dejar pulgares de 1 a 3 yemas. Por lo tanto, el vaso clásico consistiría en un vaso de 4 brazos con un único pulgar en cada brazo con dos yemas cada uno.

También están la poda larga y la poda mixta. Ésta segunda sería que se utilizaría en diferentes partes de España como vara y pulgar, pistola, banderola o parada y terción. Consistiría en dejar en cada brazo dos sarmientos: el situado a la parte inferior a 1 o 2 yemas, que sería el pulgar, y el de la parte superior de 3 a 6 yemas, que sería la vara.

Para evitar los posibles daños que puedan causar las heladas de primavera en zonas especialmente sensibles como podría ser la Ribera del Duero, hacer una poda larga es una buena medida preventiva. En este caso, consistiría en hacer una poda larga inicial dejando 5 o 6 yemas por pulgar, y una vez haya pasado el riesgo de helada se podaría volviendo a podar el pulgar dejando únicamente 2 o 3 yemas. Es un trabajo laborioso, pero permite tener más yemas francas disponibles en casos de heladas, y así tener asegurada una producción mínima.

 

Cómo hacer la poda de invierno en vaso: los cuatro pilares de la poda de respeto

1.Permitir la ramificación

Es la propiedad natural de más valor en la poda en vaso y es imprescindible respetarla. La ramificación consiste en permitir que la cepa crezca de manera gradual y así respetar su crecimiento orgánico. Al no tener limitaciones de espacio, el vaso nos permite seguir creciendo anualmente y no tener que hacer cortes grandes. Si se acepta la ramificación podemos evitar hacer rebajes, que eso nos ayudará a tener menos concentración de madera muerta y menor afectación de enfermedades de madera.

Es importante hacer este cambio ya que, actualmente, hay muchos podadores que no permiten la ramificación natural por la costumbre de podar el cordón royat, en la que básicamente no se permite un crecimiento del pulgar por encima del hilo.

Todos los sistemas de poda que mantienen la longevidad en los viñedos coinciden en permitir la ramificación anual.

2. Respetar el flujo de savia

Consiste en separar el flujo de savia principal de la planta respecto a las aéreas de desecación causada por los cortes. De esta manera, dando una orientación determinada a los cortes de madera podemos conseguir esta separación a nivel vascular, cosa que ayudará a tener una uniformidad de flujo de savia y un mayor equilibrio y sanidad de la planta.

Permitiendo la ramificación en la planta, se respetará el flujo de savia y eso incrementará las posibilidades de decisión durante la poda para escoger una continuidad. Es por ese motivo que, en sistemas como el cordón que no tienen en cuenta la ramificación, la capacidad de aplicar el flujo de savia está más limitada.

Para poder aplicar este principio es fundamental saber orientar las yemas. Dependiendo del número de yemas dejadas y su dirección, se podrá dirigir el flujo de savia en los años siguientes. Para eso, deberemos observar lo siguiente: El sarmiento que va a devenir nuestro futuro pulgar; la yema franca situada en su base, y si su dirección va a favor de flujo de savia. La yema que está bien orientada se le llama “yema de continuidad” y servirá para tener un seguimiento de flujo linfático para ir formando la cepa consecutivamente año tras año.

La técnica de la yema orientada es utilizada en diferentes partes de la península y del mundo, corroborando así su éxito como técnica vitícola, como por ejemplo el Guyot Poussard originario del sur de Francia, ‘’Ull mira tall’ de Mallorca o la ‘vara y pulgar’ del marco de Jerez.

3. Efectuar cortes pequeños y respeto de corona

Hacer cortes pequeños situados en el mismo lado y efectuados sobre madera de uno o dos años. La poda de precisión reduce enormemente el área de la herida expuesta, y consecuentemente el riesgo de enfermedades de madera.

Para realizar este pilar es imprescindible solo hacer cortes de madera de un año de edad, y excepcionalmente de dos años con actuaciones determinadas. De esta manera, la necrosis causada por el corte es mínima y la cicatriz será proporcional al diámetro de la herida. Cuando se hacen cortes en la planta, ésta crea un cono de desecación como medida de protección contra los patógenos externos. Este mecanismo de cicatrización llamado CODIT (Compartmentalization Of Decay In Trees).

Si se hacen cortes de madera de mayor edad, a partir de dos o tres años, los conos de desecación aumentarán su tamaño de manera exponencial y serán mucho más grandes.

Con la finalidad de minimizar el daño durante la poda, especialmente si se tiene que efectuar un corte que pueda afectar al flujo de savia, se deberá respetar la corona.

La llamada corona equivaldría a la contraciega o casqueras, y para realizar el corte, sería respetándola sin suprimirla o sin hacer un corte raso. Si se hace un corte respetando la corona el cono de desecación se minimiza, ya que las casqueras latentes brotarán y reactivaran parte de los tejidos que se secarían en el caso de suprimirla.

En una poda corta en vaso bien efectuada no se realizan cortes de madera superiores a dos años de edad, por lo tanto, el sistema en vaso nos ayuda a poder aplicar este tercer pilar sin problema.

4. Dejar madera de respeto

Previniendo la posibilidad de tener que cortar madera de dos años de edad por algún motivo ajeno y teniendo en cuenta que la herida que se creará será mayor, se recomienda dejar un trozo de madera de respeto para que la desecación que se cree no interfiera en el sistema vascular de la planta.

De este modo, dejando esta madera de respeto, al siguiente año se tendrá que suprimir una vez se haya secado.

Esta técnica vulgarmente se llama ‘podar sucio’, donde se concibe como una poda poco estética. Pero la estética no nos ayudará a tener viñedos más longevos.

 

La poda en verde

Por otro lado, la poda en verde es fundamental para efectuar una buena poda de respeto en vaso. Partiendo del principio que tenemos que minimizar las heridas, si no realizamos poda en verde los cortes que haremos en invierno incrementaran. A mayor superficie de corte más posibilidades de entrada de patógenos como la Yesca o Eutipiosis, y así un mayor riesgo de infección y una temprana muerte de la planta.

También es importante efectuar una buena poda en verde para poder implementar el flujo de savia y una buena ramificación de las vides. Si no se eliminan todos los rebrotes de los brazos en sitios no deseados durante la poda en verde, se acabarán creando cortes en sitios no deseados durante el invierno que interferirán e irregularizarán el flujo de savia.

 

Tres criterios principales para la poda en verde: dirección, vigor y producción

Las directrices durante la poda en verde son concretas y consisten básicamente en suprimir los brotes o pámpanos no deseados en los viñedos. De manera genérica, los brotes no deseados son los brotes que durante una poda de mantenimiento no salen de las yemas francas, como serían los rebrotes del tronco de yemas latentes o de yemas casqueras de los cortes a corona.

Sabiendo que brotes dobles de las yemas francas (también llamados gemelos o brotes de conos secundarios) pueden convertirse en pámpanos, podemos actuar de maneras distintas según si estamos aplicando una poda de formación, reconstrucción o mantenimiento. Generalmente siempre se han suprimido los pámpanos de los conos secundarios y se ha preservado el del cono primario, pero no siempre es la mejor opción.

Existen tres criterios muy simples para dar preferencia a un pámpano de cono primario o de cono secundario, pero su orden de prioridad varía según la etapa de formación del vaso.

  • Dirección: es el criterio más importante si estamos en una etapa de formación Un pámpano de cono secundario puede estar mejor orientado que el del cono primario y viceversa.
  • Vigor: Siempre intentaremos escoger el pámpano con mayor vigor. Es un criterio intermedio que nos puede hacer decantar entre escoger dos brotes con condiciones similares de dirección o producción.
  • Producción: es el criterio más importante si estamos en una etapa de mantenimiento del viñedo. Generalmente escogeremos los pámpanos que salen de conos primarios, ya que generalmente son más fértiles.

Si estamos en etapa de formación o reconstrucción, el criterio más importante será el de la dirección, seguido del vigor y, por último, el de producción. Es importante tener estas preferencias claras en los primeros 4 años de poda de un viñedo en vaso.

En cambio, si estamos en etapa de mantenimiento, el criterio con mayor importancia será la producción, seguido del vigor y, por último, el de dirección.

Poda en verde para la reconstrucción de un vaso

Si queremos renovar o reconstruir un brazo, la poda en verde es imprescindible. Para poder crear de nuevo un brazo debido a una rotura por viento u otro factor externo, deberemos empezar a ramificar un brazo nuevo creando un nuevo pulgar.

Para poder formar un brazo partiendo de un rebrote es importante seleccionarlo durante la poda en verde. El criterio de selección es simple, se tiene que dar prioridad a los brotes que estén situados en la parte limpia del flujo de savia. Si escogemos un rebrote que está situado cerca de dos cortes o al lado de un corte de grandes dimensiones, estamos dificultando la circulación del flujo de savia y limitando el crecimiento del futuro brazo.

Conclusiones

El sistema en vaso nos permite por sus características morfológicas poder aplicar con mucha facilidad los cuatro pilares de la poda de respeto. Haciendo una buena poda en invierno y una imprescindible poda en verde minimizaremos de manera drástica las heridas de poda y reduciremos el riesgo de infección de enfermedades de madera, así asegurando una mayor longevidad de nuestro viñedo. Su versatilidad y adaptación en muchas de las zonas vitícolas de España nos tiene que hacer pensar en su vuelta en práctica, ya que con un buen manejo asegura una mejora de calidad final de nuestros viñedos.

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