Terroir y zonificación: descubriendo las distintas expresiones del Mantonegro en diferentes suelos.

2022-10-11T11:58:28+02:00 11 octubre, 2022|

Por BELÉN PADILLA – I+D Viticultura, Ribas

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DEL VINO BALEAR Y A LA MANTONEGRO

El archipiélago Balear, junto con las Islas Canarias, es una de las zonas de España que presenta mayor densidad en biodiversidad de variedades de vid locales. Según el trabajo de Fort et al. (2022) en: los cruces naturales descritos para las variedades del archipiélago Balear. La Mantonegro es una de las 14 variedades locales parte del patrimonio vitícola Balear.

Sus progenitores son ambos locales: Sabater y Callet de Cas Concos, aunque tienen orígenes distintos: la Sabater comparte caracteres con variedades de Grecia, Balcanes e Italia, mientras que la Callet de Cas Concos tiene más cercanía a variedades del oeste y centro del Mediterráneo. Esta última es a su vez hija de la variedad local Giró Ros y de la foránea Beba, de baya grande, muy extendida por toda la costa Mediterránea y norte de África. La Beba es hija de la Hebén, variedad peninsular ancestral y progenitora de más de 60 variedades peninsulares.

El cruce que generó la Mantonegro es muy probable que se diera en el archipiélago Balear, por lo tanto, podríamos afirmar que no solo se trata de una variedad local sino que además es una autóctona.

Según las referencias que aporta el libro del historiador Manuel Oliver Moragues: “Vitivinicultura Balear: extremos de su historia” la llegada del cultivo de la vid a las islas se dio con la conquista de los Romanos. Plinio el Viejo, gobernador de Terraconensis, provincia Romana de la cual Mallorca formaba parte, fue el primero en reconocer a los vinos de Baleares por sus cualidades y los consideraba comparables a los mejores vinos de Italia.

Posteriormente en el año 1229, el cronista de la conquista Pere Martell, en sus crónicas destacó que: “Mallorca la considera toda plantada de olivos y viña en el Raiguer, y de cereales y viña en el Pla de Mallorca”.

En siglo XVIII la producción del vino aumentó un 50% con el objetivo principal de elaborar aguardiente, quedando el mapa vitícola configurado en tres zonas:

  • Viticultura de los vinos blancos de montaña: vinos exquisitos (malvasías, montonas, moscateles) vid emparrada en terrazas costeras
  • Viticultura del tinto a sotavento de la sierra de Tramuntana
  • Viticultura del aguardiente en el levante (con unas 10.000 ha en Felanitx)

Entrado el siglo XIX el viñedo Balear tiene unas 20.000 ha en el 1802, y a pesar de la entrada del pulgón y el oídio que mermaron las superficies del cultivo, se llegó a las 30.000 ha de viñedo en 1891, año que entró la filoxera a las Islas.

Pero no es hasta 1892 cuando aparecen citadas por primera vez las variedades Mantonegro y Callet en el informe: “Vinos y Vendimias”, elaborado por el ingeniero agrónomo Francisco Satorras para la Dirección Territorial de las Baleares donde también las califica como variedades “entrefinas”.

Ribas Belén Padilla uva

Belén Padilla cortando un racimo de Mantonegro

Mantonegro es actualmente la variedad local de uva tinta mayoritaria en las Islas Baleares, representando casi el 14% de la superficie total plantada en las islas según los datos aportados por el Registro Vitícola de nuestra comunidad, con 402.000 ha a comienzos de 2022.

Se encuentra distribuida mayormente en la zona del Raiguer, comarca donde se localizan los viñedos de Ribas.

Las características agronómicas de la variedad las podríamos resumir como cepas de porte rastrero, de ciclo vegetativo y de maduración medio. Los racimos y bayas son grandes aunque su tamaño final está relacionado al tipo de suelo donde vegeten. La fertilidad de las yemas también está asociada con el suelo y su capacidad de retención de agua.

A nivel enológico es rica en azúcares y aromas dando lugar a vinos de graduación media-alta (14,5% aunque puede llegar a alcanzar 16% en suelos pobres) y acidez moderada-baja. Es muy expresiva en nariz, muestra semejanzas en cuanto a sus características organolépticas a la Garnacha, con intenso aroma a frutos rojos.

Los vinos a base de Mantonegro tienden a elaborarse para el consumo a corto-medio plazo debido a su propensión a la oxidación y normalmente no es un buen candidato para un envejecimiento largo. Sin embargo, los viñedos de bajos rendimientos cultivados en suelos pobres pueden producir vinos con mayor concentración de compuestos fenólicos y pueden ser envejecidos dando lugar a vinos densos, concentrados y de elevado potencial aromático.

Como un componente de mezcla, Mantonegro es valorado por la fruta que aporta sin taninos añadidos.

Su maduración puede ser heterogénea, por lo que es recomendable una selección de racimos.

mantonegro ribas

Racimos de Mantonegro

HETEROGENEIDAD DEL MANTONEGRO: EN BUSCA DE LAS DISTINTAS EXPRESIONES Y SUS VINIFICACIONES

Entre los motivos de la marcada variabilidad de la Mantonegro destacan principalmente la variabilidad genética y, sobre todo, la influencia del suelo.

La Mantonegro es una variedad que ha ido aumentando en variabilidad genética a través de los años de cultivo, al proceder la madera principalmente de viñedos viejos sin selección clonal. Esta variabilidad puede provocar heterogeneidad en distintas características de la planta. La más llamativa es el grado de maduración de los racimos, que puede mostrar hasta 3 tipologías de racimos en un mismo momento y en una misma cepa.  Esto nos hace reflexionar seriamente acerca de si se pudiera tratar de quimeras.

Sin embargo, aunque la importancia de la expresión genética es notable, en estos últimos años hemos constatado que la influencia del suelo es determinante. Se observa a simple vista una marcada diferencia de expresiones en los distintos suelos en cuanto a tamaño, maduración y color de racimos.

Esta variabilidad en la Mantonegro parece imponerse sobre el resto de los factores que definen el Terroir, incluso por encima del genotipo o la variedad.

Esta heterogeneidad y variabilidad determina en Ribas la vinificación y el vino a elaborar. Así, los viñedos que producen racimos pequeños, homogéneos y oscuros se destinan a la elaboración de vinos tintos de guarda y los viñedos que producen el extremo opuesto, con racimos grandes y de poca coloración se destinan a elaborar vinos rosados.

EXPRESIÓN EN SUELOS ESTRESANTES

Esta última añada, 2022, nos ha proporcionado mayor homogeneidad en suelos cortos, sobre todo en la coloración de racimos (de tonalidad más oscura) y adicionalmente en el calibre, obteniendo granos más pequeños que la mayoría de años.

Esta tipología de racimos (Imagen 1) la obtenemos de viñedos de suelos que denominamos “estresantes” por su mayor contenido de gravas, menor profundidad efectiva del perfil y por abundante carbonato de calcio en forma de conglomerado.

Mantonegro racimo ribas

Imagen 1

EXPRESIÓN EN SUELOS MÁS RICOS (PROFUNDOS)

En contrapartida aquellas viñas plantadas en suelos más profundos, con mayor capacidad de almacenaje de agua y nutrientes expresaron un fenotipo completamente opuesto: racimos grandes, con menor coloración de las pieles, menor graduación y mayor acidez (Imagen.2).

matonegro suelo rico ribas

Imagen 2

ESTUDIO DE UN CASO DE EXTREMA VARIABILIDAD. CREACIÓN DE MAPAS DE MADURACIÓN

El caso más notable lo encontramos en nuestra finca de Son Alemany, en la localidad de Búger también parte de la Comarca del Raiguer (como el resto de nuestro viñedo). Se trata de una parcela de 3,1 ha, plantada hace 6 años, con planta injertada sobre 110R a una densidad de 4000 plantas/ha, formada en Royat doble a 8 yemas por planta.

El suelo es calcáreo de tipo aluvional, franco arenoso. Los trabajos previos a plantación fueron intensos debido a la gran cantidad de piedra en profundidad, por lo que se tuvo que desfondar y retirar gran parte de la piedra y posteriormente triturar lo restante.

En esta parcela a partir del envero se detectó, en nuestro monitoreo semanal, una variabilidad considerable en cuanto a desarrollo y sobre todo en la dinámica de crecimiento maduración de los racimos en distintas zonas de la parcela sin un patrón de distribución lógico.

Esto nos llevó a aplicar algunas herramientas muy simples de la viticultura de precisión como es la elaboración de mapas que para este caso fue de maduración. Para ello justo previo a vendimia se hizo un relevamiento del viñedo de forma visual en el que evaluamos la zona de racimos.

Nuestra unidad de muestreo fueron las seis plantas que se encuentran de palo a palo y de hileras alternas. Se determinaron 5 valores o categorías del 1 al 5 para la maduración de los racimos (Imagen 3):

Clase 1: color verde o poco maduro

Clase 2: color verde a violeta: algo maduro

Clase 3: color medio verde-violeta maduro-verde

Clase 4: violeta o maduro

Clase 5: muy maduro

Ribas estudio mantonegro

Imagen 3

Una vez relevados, los datos se incorporaron a los GIS (QGIS) o los que es lo mismo se incorporó la información numérica a los elementos geo posicionados de referencia de dicha parcela (palos) para después proceder a su procesamiento geo-estadístico y obtener el mapa con los distintos grados de maduración y también se delimitaron los polígonos de vendimia diferenciada: 1,2 y 3 se destinan a rosado y parte de 3, 4 y 5 se destina a tinto (mapa 1)

ribas mapa suelo 1

Mapa 1: Maduración en 5 categorías

Posteriormente en vendimia se relevaron las cajas vendimiadas por unidad de muestreo (6 plantas entre palos) y del mismo modo que el mapa de maduración se elaboró el mapa de rendimiento (mapa 2)

mapa 2 ribas

Mapa 2: Rendimiento (cajas de vendimia) en 5 categorías

Ambos mapas muestran una correlación entre ellos y a su vez lo comparamos con el índice de vegetación más extendido “NDVI” elaborado a partir de fotos satelitales de alta resolución: Planet con pixel de 3mts*3mts (mapa 3) y observamos una gran correlación entre ellos. Esto nos permite asegurar la consistencia del mapa de maduración elaborado y la zonificación propuesta para vendimia diferenciada.

mapa 3 ribas terroir

Mapa 3: NDVI elaborado con bandas de Planet

Finalmente se contrastaron estos 3 mapas con el de conductividad eléctrica del suelo (mapa 4) que también muestra una clara relación y nos termina de dar pistas sobre dónde buscar las causas de estas diferencias que es justamente el suelo.

Mapa 4: Conductividad eléctrica del suelo

CONCLUSIONES

La conclusión de este trabajo nos permite asegurar que existe una clara relación entre el suelo y la expresión de la variedad Mantonegro.

Como primera aproximación decimos que suelos con alta conductividad eléctrica o alta capacidad de retención dan como expresión una alta carga de racimos, con una menor coloración y graduación, óptimo para vinos rosados. Mientras que suelos de baja conductividad eléctrica o estresantes dan racimos con un grado de maduración superior, menor rendimiento y mayo coloración.

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