Por MARTA HERNÁNDEZ, Bodega Numanthia
El nombre de Numancia perdurará en la historia como un símbolo de fortaleza y valor. Y Es que, ¿Quién no conoce la grandiosa, y a la vez trágica, historia de esta ciudad?
Localizada en la provincia de Soria y perteneciente a Castilla y León, Numancia es famosa por resistir la conquista romana durante veinte años de guerras incesantes, entre el 153 A.C. y 133 AC.
La historia narra que, Escipión, fue enviado para conquistar la ciudad ya que, el imperio romano, en varias ocasiones hubo intentado hacerse con Numancia y, sin embargo, fracasó.
Con sed de conquista, Escipión mandó construir un muro de casi 9 kilómetros alrededor de la ciudad, con la misión de aislarlo. Después de más de un año de sitio, y cuando ya los ciudadanos están muriendo de hambre y sed, el ejército romano logró adentrarse en la ciudad de Numancia. En el momento de la invasión, los numantinos eligieron la muerte antes que la rendición. Se quitaron la vida y prendieron fuego a la ciudad para evitar que cayera en manos del enemigo…
De hecho, si buscamos en la RAE el adjetivo Numantino la tercera acepción es: “Que resiste con tenacidad hasta el límite, a menudo en condiciones precarias”.
Moneda encontrada en Numancia
Esta historia de resiliencia es la que da nombre a la bodega homónima: Bodega Numanthia.
Haciendo honor al pueblo numantino, símbolo vivo de resistencia pues, sus vides, algunas con más de 120 años, soportan desde temperaturas extremas hasta el devastador paso de la filoxera en Europa a mediados del siglo XIX. Un claro ejemplo de la lucha contra la adversidad.
Se trata de viñedos sin injertar, un patrimonio que Bodega Numanthia cuida con esmero y pasión, lo que hace que se produzcan uvas de una calidad extraordinaria. Un legado que debe perdurar generación tras generación.
Son muchos los hallazgos arqueológicos encontrados en Numancia a lo largo de los siglos XIX y XX, a las que la bodega también hace honor en sus vinos. Entre los siglos II Y I a. C, a la etapa de la Numancia Celtibérica le atribuimos los objetos celtibéricos más antiguos, muchos plasmados en la imagen de la bodega que hoy conocemos.
Las monedas descubiertas durante las expediciones arqueológicas muestran imágenes familiares si nos fijamos en Termes, que porta plasmada en su etiqueta aquella moneda numantina. Además, es sabido que Termes era un pueblo limítrofe a Numancia, al igual que el pueblo de Termanthia.
El vino firma de bodega Numanthia, representa una cabeza de Toro pintada en una vasija de cerámica, que fue descubierta en una de las múltiples expediciones arqueológicas en la ciudad. Símbolo indiscutible de fuerza, coraje y resistencia.
Así mismo, un báculo de distinción realizado en bronce fue encontrado en la necrópolis de Numancia, el mismo que da su imagen al icónico vino de la bodega: Termanthia. Escultura que representa dos caballos unidos por la grupa y un jinete en el centro.
Hoy en día, es posible visitar la grandiosa ciudad de Numancia, así como la bodega que hace honor a su nombre, Numanthia. Ambas visitas apasionantes para los amantes de la historia y del buen vino.
Báculo de distinción descubierto en Numancia
Cabeza de Toro pintada en una vasija