Bibi García estudió Química en la Universidad de Sevilla con el objetivo de dedicarse a los perfumes, algo que le apasionaba desde la infancia. Al final de la carrera la enología se cruzó en su camino, y en una visita a una bodega de Jerez decidió investigar un poco ese campo, así que realizó el Master de la escuela de Agrónomos en Madrid.

Tras su primera vendimia con Fernando Remírez de Ganuza, supo que este era su camino. Ha pasado por dos bodegas en Chile y estuvo varios años en Priorato. En todos los proyectos trabajando con grandes equipos y con la oportunidad de elaborar un amplio abanico varietal, pero sobre todo conocer a fondo climas y suelos muy distintos.

Desde el 2007 es directora técnica en Cortijo los Aguilares, proyecto familiar de escala reducida en el que supervisa el proceso desde la cepa a la copa. Su objetivo aquí es lograr que los vinos reflejen el singular terruño en el que se cultivan las viñas con tanto mimo y con una meta clara, lograr la excelencia en todas las marcas.

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