Secastilla

Secastilla

Imágenes de la Bodega

A finales del siglo XX Viñas del Vero apostó por la viticultura en el incomparable valle de Secastilla. En Secastilla todo es especial: su clima, su altitud, su orientación, sus tradiciones matriarcales y sus curiosos accidentes geográficos. También son especiales sus suelos: laderas pedregosas, aireadas, situadas por encima de los 700 metros sobre el nivel del mar, donde antiquísimas cepas de Garnacha disfrutan de un hábitat perfecto en medio de un silencio sólo roto por el canto de los pájaros.

El valle de Secastilla está situado en el extremo noreste del Somontano, agazapado en un punto intermedio entre las dos grandes vías de comunicación que enlazan el Somontano con el Pirineo. Presenta un especial microclima mediterráneo bien diferenciado, ideal para el cultivo de la vid, olivos y almendros. Es un entorno único que aúna historia y tradición, con una naturaleza y biodiversidad en todo su esplendor que fascina al visitante. En este singular entorno, Viñas del Vero trabaja las variedades tradicionales del valle, de una forma respetuosa con el medio ambiente y contribuyendo a mantener la población del pequeño municipio de Secastilla.

La Bodega

Realmente el proceso de vinificación se lleva a cabo en Viñas del Vero, ya que en el escarpado terreno de Secastilla no hay una bodega. Sin embargo, durante la vendimia, llevamos a cabo un proceso de triaje y despalillado a pie de viña, de forma que el proceso de selección y la maceración comienzan en el viñedo en el momento de la vendimia.

Los Pagos

Dentro de este valle, los pagos más reseñables son Guardia y Purruego.
Pese a no ser una superficie excesivamente amplia, encontramos diferentes materiales en los suelos. En Guardia con un suelo profundo, muy pedregoso y drenado. En Purruego, en cambio, se muestra una acumulación de elementos gruesos llegados de lugares más altos, en este caso el Pirineo original. El origen de estos suelos se sitúa en los períodos Holoceno y Keuper, y su altitud va desde los 600 a los 750 metros sobre el nivel del mar.
Para mantener el alto nivel cualitativo, se apostó por un cultivo de viticultura tradicional y ecológica, sin la incorporación de elementos químicos. Las variedades de uva autóctonas de la zona, como Garnacha, Moristel, Parraleta y Garnacha Blanca, ocupan la mayor parte de este singular viñedo, donde también podemos encontrar Syrah dadas las excelentes condiciones para su cultivo. Las peculiaridades de este valle, la utilización de variedades autóctonas y la específica elaboración de éstas han permitido obtener unos vinos muy diferentes al estilo del resto de los vinos que se elaboran en el Somontano.

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